Mt 22, 1-14

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on pinterest

Reflexión

Al empezar tu oración, dale algo de tiempo a observar la hospitalidad sin discriminación de este rey. “¡Invita a la boda a todos los que encuentres!” Dice él. Esa es la actitud de Dios hacia todos en la tierra y hacia tí. Agradece esto.

¿Qué pasa con el hombre sin traje de boda? Esta parte de la historia pretende realzar que nosotros necesitamos llenar nuestras vidas con acciones de amor. No es una vista anticipada del castigo eterno, porque Dios ama a todos, aun cuando no sea recíproco.

Dios, Tú estás siempre preocupado de nosotros y nos invitas a llenar el lugar establecido precisamente para nosotros. Permíteme rezar y trabajar por el bien de los demás, para que así no haya vacíos en tu banquete de bodas, y que yo también pueda estar allí.